Características que te vuelven irresistibles según tu signo

¿Cómo te ven los demás de acuerdo a tu signo zodiacal? Acá te decimos.

Aries. Tu seguridad y tu valentía. Los demás se sienten bien a tu lado, tu confianza les atrae, tu seguridad les hace sentirse seguros. Porque además ven que no es flor de un día. Que siempre eres así. Que te comprometes a tope y que no tienes miedo a nada. ¿Cómo va a poder alguien resistirse a un guerrero así?

Tauro. Con tu sensualidad atraes a las personas a tu lado pero lo que de verdad les parece un verdadero imán es tu fortaleza como persona. Tu forma de estar es sólida, firme. Tu forma de ver las cosas es práctica, paciente. Tu forma de tocar es Mágica. ¿Hay mejor combinación de cualidades para atraer y mantener a tu lado a alguien?

Géminis. No hay mejor imán para nadie que una persona optimista y alegre por naturaleza. TÚ. Sabes animar a cualquiera, entretener a otros tantos y ayudarles a todos con tus buenas ideas. Tu espíritu es eternamente joven y para muchas personas eres el ejemplo perfecto de la alegría de vivir. Lo mejor de todo es que lo sabes. No cambies.

Cáncer. Da igual a quien, nadie se resiste a lo que ofreces. Simbolizas en una persona la protección que todos necesitamos y buscamos siempre. Y las en forma de comprensión, de mimos, de escucha, de besos y abrazos… Que nadie te haga pensar lo contrario. Lo que tú das, Cáncer, no lo puede dar cualquiera. Tienes que creértelo y saberte especial por ello.

Leo. Tu generosidad no tiene límites. Una vez que la muestras con alguien, esa persona se engancha a ella como si fuera una droga. Pero no es una generosidad en cosas materiales (que también). Es tu forma de entregar al otro tu tiempo, tu ayuda, detalles que le hagan sonreír, tus contactos, tu experiencia… Lo das TODO. Nadie da más que tú. Que lo sepas.

Virgo. Los demás nos fallan aunque sea alguna vez. Virgo, tú no. Los que te conocen lo saben y por eso confían ciegamente en ti. Ofreces lealtad, honestidad y fidelidad a los tuyos. Son tres valores que funcionan como tu carta de presentación. Nadie se resiste a personas así. Y conforme pasa el tiempo, los demás se complacen viendo que no se equivocaron contigo.

Libra. Quienes creen que eres fácil de conocer, pronto se llevan la sorpresa. Tan accesible, agradable, siempre sonriendo… y resulta que eres un enigma. Tantas contradicciones en una persona la llenan de misterio, nunca se deja conocer del todo. Lo mejor de todo es que no eres consciente de este valor, Libra. Y tu valor se multiplica.

Escorpio. ¿Quién es capaz de resistirse a la pasión? Nadie. ¿Quién es capaz de resistirse a ti? Nadie. ¿Por qué? Por ser alguien profundo, apasionado, intenso. Y si alguien se resiste es por miedo. A sucumbir a esa pasión que eres tú, a que en su vida entre algo que no puede controlar, algo que te roba el cuerpo y el alma. Y eres tú, Escorpio. Irresistible.

Sagitario. Tu espíritu aventurero y tu forma de vivir la libertad son tu talismán, Sagitario. Y lo mejor de ser así es que todo esto lo quieres compartir con los demás. A los demás les enseñas a ser libres, a vivir intensamente, a disfrutar de la vida y a renegar de lo que es tristeza o pesimismo. Todo el mundo quiere ser como tú y vivir como tú.

Capricornio. Es sorprendente lo diferente que llegas a ser cuando se te conoce, Capri. En la distancia pareces frío y cuando te acercas se descubre a alguien apasionado, sincero a más no poder con todo el mundo y respetuoso. Muy respetuoso. Tenerte cerca da tranquilidad. Una secreta e irresistible tranquilidad. De esas que te hacen sonreír por dentro.

Acuario. Acuario, tú eres esa persona diferente con la que todos quieren estar. Eres alguien original, sorprendente, revolucionario… Alguien que atrae a los demás como la luz atrae a las polillas. ¿Por qué? Cuesta ponerle nombre. Por tus ideas, por tu forma de estar, por ser tan justo… Nadie se queda indiferente una vez que te conoce. Y cuando se van, todos se llevan algo bueno de ti.

Piscis. Lo mejor de ti, Piscis, es que tú solo de por sí eres alguien encantador. Pero cuando estás con alguien, potencias lo que es la otra persona. Tienes el poder de dar y recibir; los demás se sienten bien cuidando de ti y tú mismo te haces más grande cuando cuidas a los demás. Y haces que la vida parezca menos rutinaria por tu forma de imaginar las cosas.