Cuáles son los métodos anticonceptivos más populares entre las jóvenes y como elegir el más adecuado
Lejos de lo que se pueda pensar, las jóvenes siguen optando por los preservativos o la píldora cuando se deciden a usar un método anticonceptivo. Sin embargo, cada vez más entienden los beneficios de anticonceptivos reversibles de larga duración como un dispositivo intrauterino (DIU) o implantes hormonales en el brazo.
En concreto, los preservativos y la píldora fueron los
métodos anticonceptivos más comunes entre las adolescentes de 15 a 19 años,
mientras que los métodos reversibles de acción prolongada, conocidos como LARC
(por sus siglas en inglés), tendieron a ser más comunes entre las mujeres de 20
a 49 años.
El problema en muchas regiones sigue siendo la deficitaria educación sexual que ha provocado que Latinoamérica tenga la segunda tasa más elevada de embarazos en mujeres menores de 20 años, por detrás de la África Subsahariana, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Gran abanico de posibilidades
"Actualmente tenemos muchas más alternativas que las
que se usaban anteriormente. Antes solamente conocíamos las pastillas, las
ampollas y la T de cobre", explica a BBC Mundo la ginecóloga Corina
Hidalgo, directora médica del centro médico Mundo Salud, en Perú, sobre cómo
han mejorado los métodos anticonceptivos.
"Ahora tenemos implantes que van dentro del brazo, tenemos las T (DIU) hormonales que ayudan con algunas patologías. Y para las mujeres que no quieren usar hormonas han salido diferentes T no hormonales. Tenemos la T de cobre, de plata, tenemos el balón. Todos eficaces por encima del 99%", indica sobre los diferentes dispositivos intrauterinos (DIU).
Sin embargo, a pesar de la gran variedad, los preservativos
y las pastillas hormonales siguen siendo los métodos más populares entre las
jóvenes, aunque con algunas ligeras diferencias por países.
Métodos hormonales de
corta duración
La píldora combinada contiene dos hormonas (estrógeno y gestágeno -también llamado progestágeno-) que evitan la liberación de óvulos de los ovarios. Esta es la pastilla que normalmente se conoce popularmente como "la píldora". Mientras, las pastillas de gestágeno -menos populares- hacen más espesa la mucosa del conducto del cuello uterino, lo que impide el encuentro de los espermatozoides con el óvulo. Las dos son de uso diario.
Las píldoras tienen su versión inyectable. La de aplicación
mensual que contiene estrógeno y progestágeno y la trimestral, que contiene
sólo gestágeno. Junto con la píldora, algunas mujeres optan por el parche, que
se coloca semanalmente, o el anillo vaginal -una vez al mes-, ambos contienen
un combinado de progestina y estrógeno.
Métodos hormonales
reversibles de larga duración
En este apartado se incluye el DIU o T hormonal, que es una estructura de plástico en forma de T que se inserta en el útero, donde libera día a día un tipo de hormona progestágeno para prevenir el embarazo, con una duración de entre 3 y 8 años.
"El DIU hormonal, aparte de que la eficacia es un
poquito mayor, nos oferta una serie de ventajas, como por ejemplo una
disminución del sangrado en la cantidad de la regla. También menos dolor,
disminuye la dismenorrea cuando hay usuarios que tienen dolores de regla y en
cambio, los DIU de cobre -no hormonales- producen reglas un poquito más
abundantes y en algunos casos un poquito más dolorosas", explica a BBC
Mundo Isabel Lahoz, ginecóloga del Hospital Clínico de Zaragoza (España) y
portavoz de la Sociedad Española de Contracepción (SEC).
Junto con el DIU o T se encuentra también el implante
hormonal que consiste en una o dos varillas plásticas flexibles del tamaño de
una cerilla que se colocan debajo de la piel en la parte superior del brazo de
las mujeres y que tienen una duración de entre tres y cinco años. Los implantes
liberan una dosis baja y regular de progestágenos, al igual que el DIU.
Tanto el DIU como el implante son lo que se conoce como métodos LARC (anticonceptivos reversibles de larga duración). "La larga duración hace que la continuidad con ese método sea mayor y mejore así la eficacia", indica Lahoz.
Métodos no hormonales
Por último estarían los métodos no hormonales donde se
encuentran los preservativos (femenino y masculino), el DIU de cobre, el DIU de
plata (más pequeño que el de cobre), la mini T de cobre, el balón intrauterino
también de cobre que consiste en un alambre con varias botitas de cobre pensado
especialmente para mujeres jóvenes. Algunos con una duración de hasta 10 años.
Al no tener hormonas tienen menos efectos secundarios.
"Lo único que puede hacer es aumentar el patrón de sangrado. Tienes riesgo
de expulsarla, porque como es un cuerpo extraño que entra al cuerpo el útero
trata de expulsarlo, pero esto ocurre en menos del 1% de los casos.
Dentro de los métodos no hormonales, desde luego el DIU de
cobre por su mayor eficacia con respecto a otros métodos y, en su caso, un
método barrera (preservativo femenino o masculino) que nos proporcionaría
también la posibilidad de evitar no solamente el embarazo, sino también
protección frente a las enfermedades de transmisión sexual.
Con esta amplia
variedad, ¿cuál elegir?
Esa es la gran pregunta para la que no hay una respuesta única. Los expertos defienden los de larga duración como los más idóneos, sobre todo, en población joven o que no desea un embarazo a corto plazo. Pero dejan claro que lo importante es analizar caso por caso.
"Los inyectables intramusculares no son recomendados,
por ejemplo, en gente muy joven, si no tienen el pico de masa ósea ya
conseguida. Además, estas inyecciones producen también un retraso en la
fertilidad. Algo que ninguno de los otros métodos anticonceptivos lo produce.
En todos se recupera la fertilidad tal cual dejas de usar el método
anticonceptivo. Por eso esas inyecciones no son un método que nosotros
propongamos como primera opción", indica Lahoz.
Mientras, entre la píldora combinada -que es la más usada- y
los implantes no hay gran diferencia en cuanto a efectos secundarios, aunque es
complicado comparar estos dos métodos porque los implantes solo tiene
gestágenos, por lo que solo tienen similitud con la píldora de gestágenos, que
es menos común. En ese caso, ambos métodos pueden tener como efecto secundario
un patrón de sangrado un tanto irregular al no llevar estrógeno.
"Los implantes no es que tengan más o menos efectos
secundarios que la píldora en sí, sino que hay que saber escoger una paciente
para este tipo de implantes", indica la ginecóloga Hidalgo.
Es aquí donde entra en juego la individualización. Para una
usuaria puede ser mejor una píldora con estrógeno y con gestágeno y para otra
una píldora solo con gestágenos. Por ejemplo, para una mujer con ovario
poliquístico puede ser beneficioso el estrógeno, mientras para otra que sea
fumadora y mayor de 35 años está contraindicado.
"Lo importante es entender que el anticonceptivo no lo
deberíamos de escoger solas. No es lo mismo, por ejemplo, darle un
anticonceptivo a una paciente con obesidad que a una paciente que hace deporte",
comenta Hidalgo.
"En anticoncepción es muy importante la
individualización es decir, no hay una pastilla, no hay un método, no hay un
DIU que vaya bien para todas las mujeres", insiste por su parte la
portavoz de la Sociedad Española de Contracepción.
La falta de educación sexual es una de las principales
razones del embarazo adolescente, un fenómeno que tiene mayor incidencia en las
zonas alejadas a la urbanización y en los hogares donde hay más pobreza.
"El concepto que nos tenemos que quitar es que el sexo
es malo. El sexo es muy bueno. La edad en la que uno decida tener sexo por
primera vez netamente va a depender de esa persona y si un niño ya tiene
relaciones sexuales no vas a poder evitar que siga teniéndolas. Ahí lo
principal es darle la educación sexual", comenta la ginecóloga peruana.