Luego de leer esto, nunca serás la amante de un hombre
comprometido.
Él no va a dejar a su esposa por ti.
Por más que a te diga
lo muy mal que se siente en casa, no va a dejar a su esposa por ti.
En vez de renegar por
el hecho de que él tarde mucho en cumplir con la promesa de dejar a su familia,
reflexiona:
¿Es que acaso tan
poco te haces valer que te resignas a una migajas de cariño y afecto de alguien
que jamás podrá estar disponible para ti?
¿Es que acaso 10
minutos de comunicación y felicidad con él compensa horas y horas de angustia y
de tristeza porque él no puede atender tus llamadas ya que se encuentra ocupado
o con su familia?
Los mejores años de
tu vida mientras eres la otra se te van pasando, linda. Y se pasan más rápido
de lo que imaginas.
Tal vez cinco años de
lucha porque ese hombre realmente sea tuyo, pudieron haber servido para conocer
a otros 10 hombres que, si bien, la mayoría no te habría llamado la atención,
al menos uno sí y éste tendría tiempo de sobra para estar contigo y vivirlo sin
provocarte angustia o dolores de cabeza.
La triste verdad
Porque esa relación
que tienes con ese hombre casado tan sólo te trae cosas negativas. Más allá de
que la gente te va a mirar mal, tu auto-concepto, tu imagen personal se va
derrumbando día a día. Tal vez no te digas: “Que poco valgo como mujer para
aceptar esto como amante“, pero tu inconsciente lo percibe así todos y cada uno
de los días. Y se va volviendo una espiral negativa.
Además, las
estadísticas tampoco están a tu favor. Sólo el 4% de los hombres que tienen una
amante, terminan dejando a su esposa por estar con la otra.
Tú eres parte del 96% que estará esperando y desperdiciando
su valioso tiempo en una ilusión que jamás se concretará.
Es momento de que te
liberes y probablemente él te convenza de que ahora sí se decide. El problema
es que, a partir de ahora, empezará tanto tu ruina como la de él.
Tu familia verá mal
aquella relación. Los padres de él no querrán conocerte. La esposa de él
seguramente, por venganza, le quitará parte de sus derechos que tiene como
padre y ya no tendrás al hombre confiado y seductor de quien te enamoraste sino
a alguien que se siente culpable de haber entrado a una relación contigo e infeliz
porque extrañará a sus hijos.
No te mientas más: él no va a dejar a su esposa por ti. ¡Y
qué bendición es que no lo haga! Porque gracias a esa experiencia empezarás a
explorar lo que realmente vales y tendrás espacio y tiempo para dedicarte a conocer
a otros hombres que puedan estar contigo y tenerte como la primera opción.
Porque no se trata de
medir tu grado de atractivo porque un hombre importante, ocupado y esposo de
una bella mujer quiera ahora estar contigo ni que dependas de tal clase de
atención, sino de que estando sola o en compañía sepas con total certeza que
eres una gran mujer y que si alguien te prefiere sólo como la segunda opción,
puede girar lentamente hacia la puerta e irse por donde llego.
Dolerá saber que al final fueron varios años de lucha que se
fueron directo al tacho de basura, pero al menos dejarás de engañarte. Te
resistirás a la idea de volver a empezar de cero, quizás porque al estar
enganchada a ese hombre, te olvidaste de tu círculo de amistades (o ya te daba
vergüenza frecuentarlos), pero al menos ya tendrás tiempo y espacio para poder
rehacer tu vida.