Por no hablar de sus reconocidas propiedades digestivas y hepáticas, capaces de mejorar la digestión y reducir los gases cuando se añade en las comidas.
Por si eso fuera poco el linannool, otro aceite esencial presente en sus hojas, tiene grandes propiedades relajantes y, por tanto, es muy útil para aliviar el estrés y ansiedad, así como para combatir el dolor de cabeza y las migrañas provocadas por este tipo de trastornos.
Para beneficiarte de ellas, basta con quemar una hoja de laurel seca sobre un bote o quemador, permitiendo que su humo se distribuya por la habitación. No debemos inhalar el humo, sino que este debe perfumar el ambiente, tal y como lo hace el incienso.
Es importante realizar la quema de forma segura, en una mesa despejada y sin objetos inflamables, pues estando seca la hoja prende con facilidad.
Nosotros aconsejamos quemar la hoja sobre un tarro con un poco de agua, sujetándola con una pinzas, mejor que con los dedos.
En cuestión de unos minutos, tras la liberación de los aromas, comenzarás a sentir su poder relajante, tal y como hacían los romanos.
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