Aunque no lo creas sufrir por desamor no solo afecta tu corazón…

La mente es capaz de controlar todo nuestro cuerpo para bien o para mal. Nuestras emociones son tan relevantes para la salud física como lo puede ser una bacteria o virus. Muchas mujeres han escuchado alguna vez el término “depresión vaginal”. La mayoría, lo atribuye a cuando una chica está despechada y por consecuencia también su vagina, sin embargo, es mucho más que eso. De acuerdo con el Colegio de Obstetricia y Ginecología Americano, el nombre correcto es vulvodinia y se define como el dolor o molestia crónica en la vulva. Es más común de lo que se cree, según el colegio, 1 de cada 4 mujeres la ha tenido en algún momento de su vida, en mayor o menor proporción.


La vulvodinia es causada por diferentes factores unos físicos y otros mentales.

causas físicas:

  • Golpes.
  • Cambio de pareja sexual.
  • Falta de sexo.
  • Causas mentales:
  • Depresión.
  • Estrés.
  • Ansiedad.


Los especialistas llaman vulvodinia a todos los malestares causados por los puntos anteriores, no obstante, a lo que popularmente se le llama “depresión vaginal”, suele suceder cuando una chica tiene problemas con “el amor”.
Cambiar de pareja sexual estando acostumbrada a una de forma regular, la inseguridad ante el sexo y la inestabilidad emocional luego de una ruptura influyen en PH de la vagina y su funcionamiento. No lubrican adecuadamente, los músculos se tensan y a veces cambia de olor. El amor es causado por las hormonas y estas afectan irremediablemente el cuerpo. Aunque no lo creas, la “depresión vaginal” existe.

¿Crees que la has tenido?  
Todos hemos tenido en nuestras vidas a alguien que nos ha dejado nocaut. Te llevan al séptimo cielo con sus mieles y sus cantos de sirena para luego, más tarde o más temprano, dejarte caer de bruces. Y la hostia es antológica. Y el corazón se deshace. Porque si amar con locura ya duele, ver cómo ese amor se apaga duele cuatrocientas veces más.

Las malas rupturas nos dejan vacíos desolados, confusos.
El cuerpo tiene que volver a adaptarse a estados que ya no entiende. Sentimos como si nos hubieran arrancado una parte de nosotros mismos… y lo cierto es que algo de eso hay. Estudios científicos han mostrado que las parejas implicadas en relaciones a largo plazo desarrollan memorias interconectadas, convirtiéndose cada individuo en parte de un sistema del que dependen ambas personas. Cuando la relación se acaba, esa desconexión se vive de una manera traumática. Es como si nos hubieran amputado una extremidad, y el cuerpo reacciona anhelando esa dependencia aprendida, de una manera similar al síndrome de abstinencia de quien está enganchado a cualquier sustancia. Definitivamente, no es sólo cosa de poetas, desde un punto de vista neurológico, el amor se parece a las drogas. Adictos al amor

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